No pasó ni un día, y mire otra Carta de Lectores.
Edición de La Nacion, del 21 de Agosto.
Interrogantes
Señor Director:
"Desde el oficialismo se destaca como un éxito de este Gobierno el superávit de las cuentas fiscales. Pero aquellos que nos manejamos con la contundencia del sencillo «debe y haber», sin mayores tecnicismos, nos preguntamos: si a los bonistas, que no entraron en el canje que se les impuso, no se les pagó nada de los 20.000 millones de dólares; si a los jubilados se les deben decenas de miles de millones, por simple ajuste por inflación (se dio el 11 por ciento cuando correspondía un 85 por ciento), más los juicios contra la Anses, con sentencia firme, que no se pagan; si a los argentinos que compraron bonos en dólares no se les pagó y a aquellos con juicios por edad, enfermedad, accidente, etcétera, con sentencia firme, tampoco se les paga; si los hospitales públicos se hallan en estado calamitoso y sin equipamiento por falta de fondos; si a las FF. AA. se les redujo dramáticamente el presupuesto, poniéndolas al borde de la indefensión; si el estado de las oficinas públicas es para llorar; si el absurdo impuesto al cheque sigue, a pesar de que se anunció como temporario; si se impusieron demenciales retenciones a las exportaciones agropecuarias, ostentando el dudoso privilegio de ser el único país en el mundo que grava sus exportaciones, ¿será entonces tan ingenioso lograr ese mentado superávit? ¿O será que se están juntando fondos, en detrimento de otras necesidades apremiantes, para asegurarse una permanencia en el poder, comprando voluntades y financiando campañas políticas?
"No resulta fácil encontrar explicaciones a este novedoso manejo de las cuentas públicas."
Nicolás Mihanovich
LE 4.161.110
Galileo 2465, Capital
Edición de La Nacion, del 21 de Agosto.
Interrogantes
Señor Director:
"Desde el oficialismo se destaca como un éxito de este Gobierno el superávit de las cuentas fiscales. Pero aquellos que nos manejamos con la contundencia del sencillo «debe y haber», sin mayores tecnicismos, nos preguntamos: si a los bonistas, que no entraron en el canje que se les impuso, no se les pagó nada de los 20.000 millones de dólares; si a los jubilados se les deben decenas de miles de millones, por simple ajuste por inflación (se dio el 11 por ciento cuando correspondía un 85 por ciento), más los juicios contra la Anses, con sentencia firme, que no se pagan; si a los argentinos que compraron bonos en dólares no se les pagó y a aquellos con juicios por edad, enfermedad, accidente, etcétera, con sentencia firme, tampoco se les paga; si los hospitales públicos se hallan en estado calamitoso y sin equipamiento por falta de fondos; si a las FF. AA. se les redujo dramáticamente el presupuesto, poniéndolas al borde de la indefensión; si el estado de las oficinas públicas es para llorar; si el absurdo impuesto al cheque sigue, a pesar de que se anunció como temporario; si se impusieron demenciales retenciones a las exportaciones agropecuarias, ostentando el dudoso privilegio de ser el único país en el mundo que grava sus exportaciones, ¿será entonces tan ingenioso lograr ese mentado superávit? ¿O será que se están juntando fondos, en detrimento de otras necesidades apremiantes, para asegurarse una permanencia en el poder, comprando voluntades y financiando campañas políticas?
"No resulta fácil encontrar explicaciones a este novedoso manejo de las cuentas públicas."
Nicolás Mihanovich
LE 4.161.110
Galileo 2465, Capital
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