Patas Cortas

jueves, junio 29, 2006

Carta de Lectores de La Nacion, Argentina, 29 Junio 2006

http://www.lanacion.com.ar/opinion/nota.asp?nota_id=818871

La verdad completa

Señor Director:

"Con fecha 21/6, leí en LA NACION que la ministra de Defensa, Nilda Garré, llamó a «no sobredimensionar» los actos de militares en los que reivindican la dictadura, porque «son grupos minúsculos, condenados por la sociedad, por la comunidad internacional y por la Justicia, que llamaron plan criminal al ´terrorismo de Estado que ellos quieren exaltar».

"En 1996, en el programa «El primero de la semana», de América TV, el ex montonero Rodolfo Galimberti dijo: «No eran solamente jóvenes románticos; eran jóvenes románticos que casi constituyen un ejército. Había un proyecto político y se luchaba por imponerlo. Fue una guerra civil, la más cruel de las guerras. Hubo errores de ambos bandos y no se pueden cuantificar por la cantidad o la magnitud de los mismos».

"LA NACION publicó, el año anterior, una entrevista de la revista Veja, de San Pablo, Brasil, al biólogo doctor James Watson (que, junto al doctor Francis Crick, descubrió en 1953 la estructura del ADN, el origen de la vida), donde este eminente científico definía a «la estupidez» como un defecto genético, una enfermedad que impedía construir memoria y retener información."

Dr. Armando Scaramusso
Médico
Reconquista 538, Capital


Soldados
Señor Director:

"El soldado se prepara y entrena para su misión fundamental: el combate, que es matar o morir.

"Ante el maltrato que sufren nuestras Fuerzas Armadas y las teorías que se esgrimen para la defensa y viendo la cantidad y calidad del armamento que compran nuestros vecinos, cuyas hipótesis de conflicto son las mismas que existían hace más de cien años, el panorama es preocupante.

"¿Se puede creer que existan chilenos que digan que la Patagonia no les pertenece o que no aspiran a poseer el nordeste argentino los brasileños, con sus movimientos de «los sin tierra» (sucesores de los bandeirantes coloniales que los jesuitas contuvieron en Misiones con su ejército guaraní)?

"Concluyo recordando que el mariscal Petain expresó que «muy poco se podía esperar del ejército francés en la guerra, conducido por oficiales que habían sido educados por los socialistas» (pacifistas), y que el general De Gaulle, preguntado para qué servía el ejército, contestó: «Para nada, salvo cuando todo depende de él»."

Antonio M. Estefanell
O Higgins 1434, Capital

miércoles, junio 28, 2006

La democracia del 2006 en la Argentina.

EDITORIAL : “EL CATALOGO DEL APRIETE”
(Por el Lic Gustavo Adolfo Bunse) (27/6/2006)
http://ar.groups.yahoo.com/group/tabano_informa/

En sus estados de paroxismo de poder, el gobernante autócrata es un compulsivo impredecible.

Sus arranques de compulsividad son tan dramáticos que, además de no poder controlar su impaciencia, empieza a ver siluetas de fantasmas y conspiraciones en su imaginación, las cuales crecen con los días en forma exponencial, tanto en su número como en su peligrosidad.

La única “salida” que encuentra frente a esa sensación angustiosa, es disponer que se ponga en marcha un catálogo de procedimientos mafiosos.

Pero hay condiciones básicas y elementales para ser mafioso :

1) Haber alcanzado un nivel trascendental de poder e influencia por cualquier medio que haya sido posible.

2) Tener un control considerable sobre la manufactura de la ley y sobre la aplicación de la justicia

3) Disponer de una formidable “caja” con solvencia financiera completamente negra.

Con esos tres elementos, el mafioso procede a encarar el control inmediato de las voluntades adversas con la fácil imposición de la propia.

En una etapa inicial, motoriza una red de sobornos, de extorsiones, de acusaciones falsas, de exhumación de antecedentes, de asfixia por controles fiscales directos, de instigación a la condena pública, de envío de grupos indirectos de presión que suelen actuar como si fueran autónomos, de mercenarismo periodístico y de rápida fulminación de cualquier sustento logístico en curso.

Sus víctimas, una vez sometidas, resultan sus mejores herramientas de trabajo mafioso.

Lo hace con los sindicatos, con grupos de acción, con gobernadores, con intendentes, con legisladores, con jueces, con corporaciones, con organismos de control, con empresarios, con encuestadores y finalmente con individuos aislados.

En su avance incontenible, llega un momento en que se encuentra con obstáculos imprevistos.

Los peores inconvenientes suelen ser “el díscolo” y “el digno”, aún cuando, según todos sabemos, ser lo primero, no siempre significa lo segundo.

A ambos escollos trata de aplastarlos con todos los mecanismos que dispone en su “Catálogo del Apriete”.

Los organismos nacionales de inteligencia se someten íntegramente al servicio continuo del control interno de opositores y críticos, vistos como fuente inspiradora o autora de cualquier instancia sediciosa o conspirativa.

Los teléfonos son intervenidos, el correo electrónico es vigilado y el “sistema” genera desde allí, una secuencia informativa periódica que le anticipa al gobernante las denuncias que se avecinan y que le permite prefigurar la dirección inminente de todas las críticas.

Si no se pueden frenar antes de ver la luz, al menos se prepara la “maniobra de réplica” y el condigno apriete.

Cualquier parecido con este país puede parecer mera coincidencia, pero un total de 22 (veintidós) periodistas o analistas político económicos han recibido algún tipo de apriete o han tenido que probar el amargo sabor del referido catálogo mafioso en los últimos seis meses.

Desde la llamada “de sugerencia” hecha normalmente a través de amigos e incluso en modo directo, hasta la no renovación sorpresiva de cualquier contrato por espacios radiales o televisivos, pasando por algunos mensajes a los sponsors, para que no sigan haciendo aportes. Todo vale.

Si hasta allí no se cambian los escenarios, a partir de ese momento empiezan las acciones mas brutales, con correspondencia anónima y con llamadas de idéntico estilo, incluyéndose a vecinos y familiares, a todos los cuales se les dice que han de sufrir las consecuencias por las acciones del “rebelde”.

El Catálogo del Apriete, incluye todo tipo de sutilezas y acciones macabras que sólo parecen encontrar límite en aquello que pueda poner en riesgo la vida del que se ha atrevido a molestar.

Pero si lo acorralan al “supremo” las cosas cambian :

Su estado de nervios y su desequilibrio emocional lo llevan a convertir todo en derredor suyo en un infierno y ya no le importa demasiado que ocurran accidentes acaso provocados por las maniobras más inocuas del apriete que operan con entusiasmo sus súbditos.

Pues el gobernante mafioso tiene casi siempre dos características que son de su esencia inmanente : Una falla psicológica oscilante y una alta dosis de superstición oculta y vergonzante.

En efecto, removiendo en detalle la conciencia de los gobernantes, un psicoanalista de gran prestigio, en sus reflexiones sobre la salud mental y el sistema político, advierte seriamente que los que dirigen o lideran tienen la responsabilidad y la obligación moral de estar lo suficientemente sanos en cuerpo y mente para realizar sus tareas por cuanto, según las estadísticas que él mismo hizo, el comportamiento de varios gobernantes produjo como resultado que las sociedades que ellos gobernaban terminaron tan desequilibradas como ellos mismos.

Muchas veces se creen “tipos de suerte”, por cuanto acaso han disfrutado de varias rachas seguidas.

Y lo peor que puede pasarle a alguien “con suerte” o que haya “caído parado” como los gatos, es creérselo a pie juntillas. De allí a convencerse que tiene “baraka” (la fortuna en árabe), hay un solo paso.

El optimismo acaso está bien en un político, pero no la superstición, menos aún si no es reconocida como tal.

El que tantea siempre y se fía sólo de su intuición y de su buena estrella, el que empieza a creer que por ser él quien hace las cosas, estas van a salir bien, suele estar condenado a terminar mal, por cuanto lo que ocurre a continuación es algo tan antiguo como “la hybris”.

La “hybris” era la antojadiza soberbia que los dioses griegos veían crecer en algunos hombres.

Lo veían con complacencia y sin intervenir , porque sabían bien que el que se confía es mucho más fácil de destruir.

En un contexto de este tipo, quienes tengan el coraje y la valentía de denunciar en voz alta o en las calles la estafa de las instituciones serán pues hostigados por el catálogo del apriete e incluso hasta atacados por el propio pueblo.

Por esta vía, la amenaza a la democracia es grave.

Así las cosas, corremos todos el peligro de que se resquebraje pronto el sistema político-social.

Pues a una democracia la amenazan sistemáticamente el autoritarismo, las leyes mafiosas, el fanatismo del que gobierna, la lógica de la imposición, la caída brusca de la credibilidad de toda la clase política, la arrogancia y abuso de poder, el hambre, el desempleo y la miseria del pueblo entre algunos otros factores.

Habrá quienes pueden hacer conjeturas y opinar sobre el “Catálogo del Apriete” acaso por el rumor que les llega, por su propia perspicacia analítica o bien por las declaraciones de algunos que lo han sufrido.

Quien esto escribe, en este caso, no hace conjeturas.

Lo conoce en carne propia y, al ser destinatario de ese “Catálogo”, puede describirlo como aquí, con detalles.
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martes, junio 27, 2006

Patas Cortas

"Acerca de la visita e Kirchner a España. Según los diarios argentinos, un éxito pleno.

Kirchner y España
- CARLOS RODRÍGUEZ BRAUN Periódico ABC España. (www.abc.es )

Néstor Kirchner, que visitará España la semana próxima, es el peor presidente de la Argentina democrática. Los paralelismos entre los gobiernos de mis dos patrias pueden ser interesantes.

El oportunismo sobresale. José Luis Rodríguez Zapatero parece carecer de principios, y el peronismo es una eficaz ficción merced a la cual cabe ocupar el poder en la Argentina con cualquier ideología: fascista en los cuarenta, socialista en los setenta, neoliberal en los noventa, y otra vez izquierdista hoy; aunque siempre con demagogia, abuso y manipulación de manifestaciones callejeras, y escuálido respeto por la libertad y por sus instituciones.

Las economías de ambos países crecen, pero el progresista Kirchner ha reinstaurado en la Argentina el más reaccionario de los impuestos: la inflación.

Y mientras la alimenta con expansión monetaria, pretende combatirla con índices fraudulentos o directamente con la represión de precios y exportaciones.

Presume de ortodoxia fiscal, pero expande el gasto público justificándolo porque es «social». La revista Noticias aludió al «keynesianismo módico» del presidente. No pueden olvidarse la nada módica estafa a multitud de acreedores y la expropiación y el empobrecimiento de tantos argentinos.

Mientras Zapatero le sonreía, Néstor Kirchner hostigaba a las empresas españolas, alguna de las cuales acabó por marcharse. En este viaje mostrará una cara más moderada, y se rumorea que anunciará algo sobre las tarifas de los servicios públicos, pero no hay que fiarse nunca de los demagogos sin principios.

Son malas la política económica de Kirchner, su política exterior (sonrisas con populistas y tiranos, desaires a EE.UU., apuesta por Kerry ¿no le suena todo esto?), su actitud ante los medios, la justicia y demás instituciones. Pero no es lo peor, ni explica por qué es tan pésimo presidente en un país que los ha tenido francamente malos.
Lo peor es el sectarismo, la búsqueda del enfrentamiento entre los ciudadanos y la mentira como procedimiento histórico. Kirchner ha buscado legitimidad política enfrentándose con las empresas, la Iglesia, los diarios ¡y hasta con el Uruguay!

Ha mentido sobre el pasado,pretendiendo que no hubo más violencia ilegítima que la de los militares, como si los Montoneros y otras bandas no hubiesen matado a nadie.
Y mientras humilla a los militares, aplaude y promociona a delincuentes como los piqueteros, y se confiesa «hijo» de Hebe de Bonafini, la amiga de ETA, la enferma de odio que declaró que el 11-S, cuando tres mil trabajadores fueron asesinados en las Torres Gemelas, se había sentido «muy feliz».

Fuente: ABC (España)"

domingo, junio 25, 2006

El más jóven de los “represores”Publicado el 12 de Junio de 2006 en Editorial, Columnistas, Susana Sechi

El maquiavélico plan del Señor Kirchner para el desmantelamiento de las FFAA viene cunpliéndose al pié de la letra, incluso parecería ser el único plan de gobierno existente, no dejando en el territorio nacional estructura alguna para la defensa interior y exterior de la República. En una situación de desprestigio extrema de las instituciones y los hombres que las conforman, se cuenta con el apoyo de diferentes medios de comunicación, los que en pos de obtener la tan ansiada “bendición presidencial”, repiten una y otra vez falsarias argumentaciones en contra de integrantes de estas fuerzas.

Recientemente, un caso ocupó las primeras planas por la violencia desmedida que se ejerció sobre la víctima, es el referido al confuso episodio con apariencias de robo, en el que encontró la muerte la señora María Pía Guglielmi, quien fuera acribillada alevosamente en el hecho.

Con el correr de las horas la información derivó a una pertenencia familiar, ligada a las FFAA de la joven mujer asesinada, que colocó en un segundo plano la gravedad de un hecho aberrante que reflejaba la inseguridad vigente.

La clásica desinformación tan habitual en estos días, operó de inmediato, lanzando sobre la sociedad datos falsos del hermano de la víctima, el Mayor de Caballería Alejandro Daniel Guglielmi, Canal 9 por ejemplo, en sus titulares sindicó al oficial como represor en los años 70, de lo cual se hicieron eco otros medios y pseudos periodistas, obsecuentes con el régimen.

Los discípulos de Verbitsky, en su apuro por hacer méritos no comprobaron la veracidad de la especie, conviertiendo al Mayor Guglielmi en el represor más joven de la historia, este oficial nacido el 30-1-1964, en la década del 70 contaba solo 6 años de edad y su ingreso al Colegio Militar se efectuó el 16-2-1982, a los 18 años, egresando del mismo 1-12-1984.

Estos “formadores de opinión” que con tan deleznables medios pretenden cambiar el giro de la noticia, recurren sin pensarlo al pescado podrido que llevan a las redacciones subditos genuflexos, en sus ansias de complacer al poderoso de turno.

Autor: Susana Sechi

¿Y la otra autocrítica para cuando?Por Roberto Cachanosky en www.economiaparatodos.com.ar

Mientras los militares han hecho un examen de conciencia público y pedido perdón por sus errores, ni la dirigencia política ni quienes dicen defender los Derechos Humanos han formulado su propia autocrítica sobre la década del 70.

A pesar de las innumerables autocríticas que las Fuerzas Armadas han realizado respecto a lo ocurrido durante la década de 1970, las autodenominadas organizaciones de Derechos Humanos y el presidente Kirchner insisten con remarcar lo hecho por los militares en esos años. Sin embargo, ni la dirigencia política ni quienes dicen defender los Derechos Humanos han formulado su propia autocrítica sobre los 70.

La señora Hebe de Bonafini, que compartió el palco con Kirchner en el acto partidario del 25 en la Plaza de Mayo, es la misma que festejó el ataque terrorista contra las Torres Gemelas en 2001, cuando murieron miles de civiles inocentes*. Y es la misma que sostuvo que el Museo de la Memoria no sirve para una mierda (sic) si no se exponen las armas que utilizaron los terroristas en los 70. Bonafini fue la misma que festejó la toma de una comisaría por parte de grupos piqueteros. Es decir, una mujer que permanentemente hace alarde de la violencia acompañó a Kirchner, en un lugar de privilegio, en su acto partidario en la Plaza de Mayo. Luce bastante inconsistente que Kirchner, por un lado, hable de pacificación y de justicia y, por otro el otro, se sienta hijo de una persona que festeja los ataques terroristas que matan a miles de civiles, reivindique la violencia terrorista de los 70 y apoye la toma de comisarías por parte de grupos piqueteros.

Tampoco me parece muy equilibrada la posición de Kirchner cuando les dice a militares, que en 1976 recién estaban gateando, que nunca más el Ejército tiene que matar a sus hermanos argentinos, pero nada dice de los terroristas que en aquellos años también mataban a argentinos (con uniforme y sin uniforme). ¿Acaso esos argentinos que eran asesinados salvajemente no eran hermanos argentinos?

Luego de 23 años de democracia no se ha oído una sola autocrítica categórica y contundente por parte de los grupos guerrilleros de las barbaridades que cometieron en los 70. Y aquí quiero recordar que el accionar terrorista comenzó antes del 24 de marzo de 1976: desplegó toda su furia durante el gobierno de Perón y luego en el de su esposa, ambos elegidos por el voto popular. ¿Qué justificación le encuentra Kirchner al accionar terrorista durante el gobierno de Perón como para sentirse hijo de la señora de Bonafini y colocarla a su lado en el acto de la Plaza de Mayo?

Tal vez Kirchner puede pensar que el terrorismo de esos años se justifica porque ya Perón había armado la Triple A que, bajo el mando de López Rega, secuestraba y asesinaba. En otras palabras, como el terrorismo de Estado que tanto se critica comenzó durante el gobierno constitucional de Perón, posiblemente Kirchner entienda que la reacción subversiva estaba justificada. Pero si el terrorismo de Estado comenzó con el gobierno de Perón, ¿por qué Isabel Perón no hace su autocrítica? ¿Por qué la dirigencia peronista, incluido Kirchner, no hace la autocrítica de las atrocidades que se cometieron bajo el comando de López Rega, que perteneció a un gobierno justicialista?

A los militares se les ha pedido infinidad de veces que se flagelen públicamente por lo hecho en los 70, pero no se le ha pedido igual sacrificio a un amplio sector de la dirigencia política que, en aquellos años, sintiéndose desbordada por el accionar de los grupos terroristas, casi pedían a gritos que los militares salieran de los cuarteles. Dejemos la hipocresía y aceptemos que la dirigencia política no quiso asumir la responsabilidad de reestablecer el orden interno ante el ataque terrorista que era financiado y entrenado en el exterior. Porque también es bueno recordar que en 1970 el Muro de Berlín todavía existía y los terroristas eran entrenados en Cuba y Libia y recibían financiamiento de la ex Unión Soviética. Esos países, bajo regímenes autoritarios, exportaron el terrorismo de Estado a toda América Latina, incluida la Argentina. Cuba no lanzó un ataque de guerra convencional contra la Argentina, por el cual dos ejércitos se enfrentan con sus correspondientes uniformes y sus respectivas banderas. Es decir, una guerra en la cual ambos bandos están perfectamente identificados por su vestimenta y bandera. No, Fidel Castro utilizó (y sigue utilizando) el terrorismo de Estado para exportar su revolución al usar el monopolio de la fuerza estatal para entrenar y financiar a quienes tenían que combatir en tierra argentina sin uniformes y banderas que los identificaran.

Bajo ese contexto de agresión externa para tomar el poder por la fuerza y establecer una dictadura marxista, los políticos casi suplicaron que los militares salieran con sus tanques. No seamos hipócritas. Esa dirigencia política no quiso asumir el costo político de tener que enfrentar una guerra en la cual el enemigo no se identificaba, sino que se escondía en el anonimato luego de asesinar y tirar bombas.

Si bien es cierto que Isabel Perón era una incapaz para controlar la situación, también es cierto que el problema podría haberse solucionado si el Partido Justicialista hubiese tenido la grandeza de destituirla por medio de un juicio político y reemplazarla por el presidente del Senado. Pero, claro, ¿quién se animaba a enfrentar el terrorismo de Estado que exportaba Fidel y asumir el costo político de combatirlo?

En mi opinión, la dirigencia política, particularmente el peronismo y el radicalismo, deberían formular una profunda autocrítica por no haber buscado los mecanismos institucionales previstos en la Constitución para encauzar el país y frenar la agresión terrorista. Eran ellos los que tenían que buscar la solución al problema dentro del marco institucional.

La misma sociedad aceptó el golpe del 76 para que las Fuerzas Armadas reestablecieran el orden interno ante la orgía de sangre que reinaba en el país.

No seamos hipócritas, sin la indiferencia o el beneplácito de la dirigencia política y de la sociedad los militares no podrían haber dado el golpe de 1976, porque ninguno de los golpes que se produjeron en la historia argentina del siglo XX fueron realizados sólo por militares. ¿Cuántos miembros del partido radical, socialista y peronista ocuparon cargos públicos durante el Proceso?

Desde mi punto de vista, las Fuerzas Armadas ya han formulado todas las autocríticas que tenían que hacer por los excesos que se cometieron en aquellos años. Pero ni la dirigencia política en general ni el partido justicialista en particular han hecho su propia autocrítica de lo ocurrido en los 70, especialmente por el terrorismo de Estado que se aplicó durante el gobierno de Perón. Tampoco los montoneros ni los miembros del ERP se han arrepentido de las barbaridades que hicieron. Por el contrario, a medida que va pasando el tiempo, parecen reivindicar sus acciones criminales, cuando no lo hacen abiertamente como es el caso de Bonafini, o algún ex montonero se erige en el dueño de la moral pública impidiendo que un ciudadano votado asuma su cargo de diputado.

Los que tenemos memoria completa todavía estamos esperando la otra autocrítica. Y si no están dispuestos a hacerla, por lo menos no sigan ofendiendo la inteligencia de quienes vivimos y conocemos perfectamente toda la historia de aquellos años

Los otros villanos en la Guerra Sucia argentina.

El plan para reconstruir la llamada "Zona Cero" de Nueva York incluye algo llamado "Centro Internacional por la Libertad" (CIL) el que, de acuerdo a su sitio web, "será parte integral de la respuesta de la humanidad al 11 de Septiembre, levantándose de la tierra arrasada en lo que fue el Centro Mundial de Comercio (World Trade Center)".

Qué travestismo sería que ese lugar sagrado fuera usado para distorsionar la historia documentada del terrorismo.

Desafortunadamente, ese esfuerzo ya ha comenzado, como ha quedado evidenciado por los tempranos intentos del gobierno argentino para asociarse al Centro Internacional de la Libertad. El cónsul General argentino en Nueva York es miembro del comité de eruditos y
asesores del centro, y el Wall Street Journal ha averiguado que la
esposa del presidente argentino ha contactado a los que están
desarrollando el Centro para que "su gobierno" pueda contar allí la historia de los desaparecidos por los militares en la Guerra Sucia de los 70.

Esto reforzará la versión del gobierno de Kirchner sobre la historia argentina. Pero hará muy poco para servir a la verdad o como declaración que condene al terrorismo.

Cuando pregunté al centro si la historia que quiere contar la Sra. Kirchner incluiría el recuerdo de las víctimas de la guerrilla terrorista que provocó el golpe de estado, se me informó que ese tema no había salido en las conversaciones. Vaya sorpresa! el gobierno de Kirchner está abarrotado de ex miembros de Montoneros, uno de los grupos terroristas más crueles de los 70, cuyas sangrientas actividades en todo el país durante seis años antecedieron al gobierno militar.

Ayer se cumplió el 29° aniversario del golpe militar en Argentina. Los esfuerzos soviéticos, cubanos y de marxistas locales para hacerse del
poder fueron vencidos por el gobierno militar, aunque usando gran violencia y con gran costo para el país.

Desde entonces, los terroristas que fueron vencidos han tratado de rescribir la violenta historia del período para convertirse ellos mismos y a sus camaradas caídos en mártires.

El caos terrorista que dio lugar a la represión de los militares está bien documentada en "La Otra Parte de la verdad", del argentino Nicolás Márquez. El libro salió a la venta el año pasado y ha vendido más de 20,000 ejemplares (lamentablemente no está disponible en inglés).

Ninguna persona civilizada podría justificar los excesos de los militares y el Sr. Márquez deja en claro que lamenta lo que sucedió en su país. Su relato de los hechos terroristas incluye los del brutal grupo fascista Triple A.

Pero además demuestra sin dejar lugar a dudas, el protagonismo absoluto de montoneros en la siembra del caos y el terror.

En 1970 los comunistas ya estaban en el poder en Cuba y estaban ganado terreno en Chile. En Argentina, varios grupos subversivos estaban en actividad, pero dos eran particularmente poderosos.

Uno era Montoneros, "que inicialmente se infiltraron en el peronismo a través de la resistencia peronista", como dice el Sr. Márquez. El otro era el ERP, de Fidel Castro.

En el período 1970-1973 los terroristas aumentaron sensiblemente el clima de miedo. Pero cuando el ex presidente Juan Perón muere el 1 de julio de 1974 y su mujer Isabelita queda a cargo del gobierno, las
cosas realmente se deterioraron. Según el Sr. Márquez, "los
guerrilleros operaron sin el menor inconveniente y crecieron en
número, poder de fuego y cantidad de ataques llevados a cabo".

En 1974 hubo "21 tentativas de invasión y copamiento por la fuerza de unidades militares de las fuerzas legales, 466 ataques con bombas y explosivos, 16 asaltos (para un botín cercano al millón de dólares), 117 secuestros y 110 asesinatos."

A principios de 1975, en medio de la escalada de violencia, una orden ejecutiva secreta llamó al Ejército a hacer lo que fuera necesario para "neutralizar y/o aniquilar el accionar subversivo" en la provincia de Tucumán, donde el terrorismo era más intenso.

El Sr. Márquez hace referencia a una charla dada por el abogado argentino y experto en temas militares Florencio Varela. Citando el testimonio del Gral. Jorge Videla, quien comandó la primera junta militar, el Sr. Varela dice que a finales de aquel año el presidente provisional Italo Luder conminó a los jefes militares a encontrar una forma
de parar al terrorismo.

Los militares presentaron cuatro opciones, una de las cuales era la de otorgar control local absoluto a las unidades militares, con poder discrecional amplio; esto conllevaba un riesgo, que era el de la pérdida de control, pero también prometía ser más eficaz. El Sr. Luder eligió esa opción, pese a las objeciones de su ministro de justicia. Poco después comenzaron las desapariciones. El Sr. Varela remarca que estos riesgos "eran conocidos por las autoridades constitucionales, pero nadie levantó la voz o se quejó al respecto".

Las razones parecen obvias. Años de terror asesino habían producido una cultura de miedo y desesperación que las débiles instituciones del país no habían podido evitar. Cuando los militares tomaron el poder el 24 de marzo de 1976, la sociedad civil dio la bienvenida a la posibilidad de retornar al orden.

El reconocido periodista argentino Jacobo Timerman -que luego sería encarcelado por los militares- escribió el 27 de marzo en La Opinión:
"Si los argentinos, como se advierte en todos los sectores -aun dentro del ex oficialismo- agradecen al Gobierno Militar el haber puesto fin a un vasto caos que anunciaba la disolución del país, no menos cierto es que también le agradecen la sobriedad con que actúan."

El mismo diario había informado, cuatro días antes, que en los tres años previos 1358 personas habían muerto a manos de los terroristas. El Sr. Márquez documenta las palabras de varios representantes elegidos por voto popular de aquel tiempo, quienes expresan su desazón por el desorden y el baño de sangre generalizado.

El conteo final oficial de actos terroristas para la década 1969-1979 es de más de 21,000 atentados, 1748 secuestros y 1501 asesinatos.

Dada esta brutalidad y su enorme costo para la sociedad argentina, es increíble la cantidad de gente dentro del gobierno del Sr. Kirchner a quien el Sr. Márquez identifica como montoneros, incluyendo al secretario de DDHH Eduardo Luis Duhalde, al ministro de RREE Rafael Bielsa, el subsecretario de la presidencia Carlos Kunkel, el vice ministro de RREE Jorge Taiana, y la secretaria de asuntos del consumidor
Patricia Vaca Narvaja. Miguel Bonasso, quien escribió un libro sobre su pasado montonero, es miembro del congreso y un aliado cercano de Kirchner. Horacio Verbitsky, intimo asesor del presidente, fue una autoridad importante en el aparato de inteligencia de montoneros.

Uno de los aliados más cercanos al Sr. Kirchner es Hebe de Bonafini, una activista argentina que declaró su "felicidad" cuando miles fueron asesinados en el World Trade Center. Ahora el mismo Kirchner quiere usar el lugar del más terrible ataque terrorista sufrido por EEUU para "limpiar" la historia de montoneros en Argentina. La historia no debería ser tan fácil de distorsionar.-



Fuente: The Wall Street Journal

jueves, junio 15, 2006

Solo la verdad nos hara libres.

Se puede mentir a muchos poco tiempo, a pocos mucho tiempo,
pero no se puede mentir a todos todo el tiempo.

Porque las mentiras tienen patas cortas.
Ayudemos a desenmascararlas.

De cualquier lado de donde vengan.
Yo acuso.

miércoles, junio 14, 2006


Ay Patria Mia!Yo acuso